Fresas con nata, moreno de ojos verdes.

Café con sal, y lágrimas de felicidad. Me baso en ideas tontas, sacadas de no sé donde, idealizadas con un quizás. Me gusta que lo endulces todo, y de ese mismo modo...que lo hagas más fácil. Odio echarte de menos, y lo hago a menudo. Todos los días, a todas horas, en el mismo lugar de siempre. Y cuando te veo, mis piernas tiemblan, mis manos sudan, y sólo quiero vivir entre tus brazos. Porque eres todo lo que quiero...me atrevería a decir que todo lo que necesito, absolutamente todo. La mejor sensación, superior. Eres el cuándo, el cuánto, el dónde, de todo. Eres la pieza que faltaba. El rock de mi roll. La melodía que no sale de mi cabeza. La parte esencial, la irremplazable, la inevitable. La tonta, la bonita...la perfecta. Y aunque no crea en la perfección, hay excepciones, como siempre y ¿sabes? eres una de ellas, eres mi favorita. Mi tentación, mi querer y poder. Eres la gominola que cualquier niño querría. Eres mio. Creo que me gusta más esto último, creo que me gusta exagerarlo, creo que me gustas tú y ahora, me quedo callada, que las palabras salgan solas y nos vemos dentro de un par de días...a la salida. El libro de geografía sobre mi mano, para no perderme en ti. Las ganas sobre la espalda y millones de estrellas sobre tu cielo. Los porqué, a un lado. Los peros, fuera. Tú, a mi lado, ¿cuánto? hasta que el infinito se pinte de azul.