Y ahora me doy cuenta de todo...de que el cielo no siempre es azul, de que las sonrisas la mitad de veces no son verdaderas y que la tuya...es mi preferida.

11/20/2011

Que cierta tarde tonta nos podremos cruzar.

Hoy, hoy ha sido un buen día para pensar, los días fríos…revitalizan nuestras neuronas, o eso creo. Quizás esa sea la razón de que en verano no pensemos, actuemos. Ir a una fiesta, ver a un completo desconocido  –Dios, menudo tío, mira que labios, ¡quiero besarle!- y allá vamos, con esa ilusión que no nos quitaría nadie. Hacemos bailar ese vestido nuevo y esos zapatos que sabes que están matándote, pero sigues, dándolo todo, con la esperanza de que se fije en ti; y lo hace, te mira, y zás, apareces tú justo delante de él, respirando su aire que comparten en pocos segundos, y pasa, ocurre…; He pensado en muchas cosas, sin sentido, pero qué se le va a hacer. Es raro, imaginar cosas que te gustaría que pasaran, cosas imposibles, ah no…improbables, eso es.  Nada de pensar en por qué la Tierra es redonda, ni por qué existimos cada uno de nosotros. Eso no está hecho para mi…yo soy más de arrepentirme por el tiempo perdido, por no haber hecho mil y una cosas, por no haberte dado ese último beso, por no haber sonreído de esa forma que tanto te gustaba. Por no haber dejado las cosas en manos de la improvisación. En por qué decimos cosas y hacemos lo contrario, en el destino. En si él estará hecho para mi o tal vez sea una equivocación, de esas que me gustan tanto. He mirado por la ventana y sólo he visto nubes, y más nubes…sólo porque quizás no me he fijado en que detrás de todo ese agua condensada haya algo más, y... Que estúpido todo esto...te echo de menos. Echo de menos cosas que apenas existían. ¡Qué digo! Que ni siquiera pensé, o al menos en su momento. Porque sí, porque tengo esa estúpida manía de no apreciar lo que tengo...hasta que lo pierdo. Esa estúpida manía de no querer a las personas cuando tengo que hacerlo, de darlo todo cuando no queda nada. O de decir las cosas cuando las palabras sobran... ¿Qué hubiera pasado si al menos hubiera sabido quererte? Creo que ya no es momento de preguntármelo. Porque como siempre, llego tarde, siempre impuntual. Dos minutos, tres, cinco, quizás veinte...esta vez...llego tarde toda una vida.

11/19/2011

No hay nada imposible si el posible eres tú.

He oído hablar de las almas gemelas...esas que dicen que son personas en la que hay una conexión al 100%. En mi diccionario, sólo tiene un significado, una palabra, simple, perfecta. Andrea. Pequeña gran persona. Mi niña, esa parte de mi vida, que crece...cada vez más, que se hace más grande, más importante, más imprescindible, más...¡qué se yo! Me paso todo el tiempo buscando explicaciones a todo esto, a esta pequeña amistad, que a la vez…es tan grande, es inmensa, es poderosa, es infinita. Una amistad que es capaz de superar barreras que al fin y al cabo, se nos quedan más que pequeñas.  ¿Sabes, enana? Cuanto me gustaría estar ahí contigo. Abrazarte lo más fuerte posible. Quedarnos calladas, pero estar completamente segura de que estás a mi lado, que lo estarás siempre. Que cada vez que me de la vuelta me sonreirás y se me congelará el mundo. Acurrucarnos la una en la otra, hablar de tonterías que unicamente nosotras entendemos. Mientras, tengo que conformarme con tenerte a no sé cuantos kilómetros de mi. A nuestras charlas por skype, por teléfono...o mejor, por telepatía. Con quererte más de lo que te imaginas. Con acordarme de ti día tras día y pensar qué es lo que estarás haciendo, si estás bien o mal. Y si es esto último, pensar en como sacarte la mejor, la mayor sonrisa que puedas dibujar en tu rostro. ¿Sabes otra cosa? Haría lo que fuera por ti, me dirás...hay cosas que son imposibles...pero no, no hay nada imposible si el posible eres tú. No hay nada inalcanzable si eres tú la que me da esa fuerza que necesito. Puedo hacer cualquier cosa, sea lo que sea sin falta de nada, solo contigo a mi lado. Sería capaz de mover cielo y tierra por verte feliz, por hacer que cada uno de tus días fuera más perfecto que el anterior. Por hacer que olvides todo lo malo y unicamente pintar felicidad. Por hacer que cada día esto que tenemos, esta amistad tan fuerte, creciera tal y como lo hace. Siempre. Que sea una película, pero sin final, que no acabe nunca. Un infinito a tu lado, una vez más decirte que te quiero y quedarme corta, porque esto que siento, ha ido más allá, no es una simple amistad, es una amistad de las buenas, de las verdaderas, de las que no ves, pero las sientes. De las que están ahí cada vez que las necesitas y cuando no también. Las que son tu parte favorita, esa que te completa, que te llena. Mi amiga, mi Andrea, mi pequeña gran persona. Increíble, de ese tipo de personas que no se encuentran facilmente, que llegan solas a tu vida, cuando más lo necesitas, cuando menos te lo esperas. Cuando crees que nada tiene sentido, aparece. Siendo tanto en tan poco. Echándole de menos a la mínima. Escribiéndole cosas que ni siquiera expresan lo mucho que agradezco tenerte en mi vida. Así que lo dejaré a la improvisación, que tu imaginación descubra lo que significas para mi. Por ahora...te doy una pista...GRANDE, IMPORTANTE, IRREMPLAZABLE.


PD: ¿Lo adivinas?

11/08/2011

Y te me fuiste de las manos...

Olvidé, olvidé quererte y el día de tu cumpleaños. Las tardes juntos, las sonrisas divertidas y las miradas traviesas. Olvidé que eran verdaderas, que lo decían todo, que no hacía falta hablar. Que podía reflejarme en tus ojos, en , porque todo, absolutamente todo, era transparente. No habían secretos. No habían enfados, o al menos, de esos que duran más de cinco minutos. Mi más y mi menos, mi estúpido, mi niñato, el que me entendía, el único. El principio, el intermedio, el final, y el más allá de todo y de todos. El superior, el bonito, el pretérito perfecto simple, el presente y el futuro, incluido el condicionalMi versión, adaptada perfectamente al momento, a la situación; Olvidé quererte sin cansarme, rozar el cielo sin moverme de tu regazo, tan sólo rozando tus labios con los mios, era otro mundo, otro sitio, eras , el infinito, mi infinito, mío. Podía besarte y no tener que decir te quiero, porque en el fondo, lo sabías...de sobra, sabías que cualquier palabra se quedaba corta si la comparaba contigo, sabías que era capaz de bajar, de subir, de mover, de comerme el mundo, porque mi mundo, eras tú. No hacía falta recordarlo, era inútil. Olvidé las fechas importantes, las canciones, ir de la mano, en tu espalda. Quedarme dormida en tu hombro y que me despertaras con un buenos días princesa. Lo olvidé, en cierto modo, porque se puede decir que lo echo de menos...todo. Cada poro de tu piel, cada segundo, cada milésima; cada vez que pienso lo jodidamente perfecto que eres, que eras...que quién sabe qué.